jueves, 8 de marzo de 2012

Pago yo (por mis cojones)

Hay un problema en este país muy grave. No es la crisis económica, pero algo tienen que ver. Seguro que habéis vivido alguna experiencia parecida cuando habéis ido a cenar a algún restaurante con vuestros padres y/o tíos. Yo lo conozco como el fenómeno "por mis cojones". Os voy a relatar una experiencia familiar que tuve. He de reconocerlo, está llevada al extremo, es decir, protagonizada por andaluces.

El camarero llega con la cuenta los dos personajes hacen como que no la han visto 

Mi Padre: Bueno que digo yo que habrá que ir pagando la cuenta...
Mi tío: Si, pero Lui Calos (así se llama mi padre en andaluz) que te veo venir, esta ve me toca pagá a mi
Mi padre: Jose... No me seas... que yo he traído a mis dos hijos y tú sólo has venio con tu muje
Mi tío: (quitándole la típica bandeja con la cuenta) Lui Calos no ofendá a Dios, po favo que también son mi sobrinos.
Mi padre: (le vuelve a quitar la bandeja, saca el dinero y lo pone en la bandeja) Alá ya está pagao. (se gira y dice) Jefe ya puede cogé la cuenta.
Mi tío: (sacando el dinero lo pone en la bandeja y quita de la bandeja el de Luis Carlos) Coelo Lui Calos.
Mi padre: Coelo tú que es tuyo, ahí se va a quedá si no. Voy un momento al baño.


Cuando mi tío parecía que se había salido con la suya, llega el camarero


Mi tío: Jefe cobrése
Camarero: No, si ya está todo pagado, lo acaba de pagar el señor que está ahí en la barra (señalando a mi padre)


Mi padre saluda con un gesto burlón como si fuese un capitán militar, mientras vuelve a la mesa


Mi tío: Lui Calos, que te crees mejó que yo? te crees que no puedo pagar ni la cuenta de una pizzería.
Mi padre: Pero que está disiendo... Venga no pasa ná ahora invitas tu a los helaos.
Mi tío: A los helaos???!!! Lui Calos me cago en tu puta calavera

A continuación vienen una serie de insultos, que se calmaron cuando mi tío se dio cuenta que cenar de gratis no es tan malo como parecía.

Pagar la cuenta en España, sobre todo en algunos lugares de la península, puede convertirse en una auténtica afrenta por el orgullo, y una humillación pública si eres testigo directo de este tipo de discusiones sin sentido.

He de decir algunas partes de la conversación ha sido ficcionadas, de hecho mi padre no tiene ningún tipo de acento andaluz. Pero hay una cosa clara, lo de mi puta calavera y lo de ir al baño a pagar ocurrió.









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